Mi querido señor, en el hombre y en la mujer el buen nombre es la joya más inmediata a sus almas. Quien me roba una baratija, una insignificancia, nada; fue mía, es de él y ha sido de otros mil;pero el que me hurta mi buen nombre, me arrebata una cosa que no le enriquece y me deja pobre en verdad.
William shakespeare (1564-1616), Otelo,
acto III, escena tercera
No hay comentarios:
Publicar un comentario